Autor: Trustin
El 2 de diciembre, Paul Atkins, presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), en un discurso en la Bolsa de Nueva York, anunció oficialmente el fin de la era de varios años de «regulación por aplicación de la ley» dirigida a la industria de las criptomonedas. Definió claramente una línea de tiempo: enero de 2026.
El establecimiento de esta línea de tiempo marca un cambio fundamental en el enfoque regulatorio de EE. UU. hacia los activos cripto, en particular las stablecoins y la gobernanza DeFi. Pasa de una aplicación pasiva caso por caso a establecer un «sandbox regulatorio» con estándares de entrada claros. Esta nueva norma, conocida como la «Exención por Innovación», deriva su marco teórico del plan «Proyecto Crypto» revelado en noviembre de este año, y tiene como objetivo redefinir el camino para integrar los activos cripto en el sistema financiero convencional.
El núcleo de esta política no es simplemente una «exención», sino el establecimiento de una nueva relación contractual regulatoria.
¿Qué es la «Exención por Innovación»?
Según la transcripción del discurso de la SEC titulado «Revitalizando los mercados estadounidenses en el 250.º aniversario de la fundación de la nación», a partir de enero de 2026, las entidades elegibles recibirán un «período de amortiguación de cumplimiento» de 12 a 24 meses.
Durante este período, los equipos de proyectos no necesitarán someterse al registro de valores tradicional y engorroso S-1 (divulgación a nivel de OPI), sino que podrán operar presentando información simplificada. Este mecanismo aborda el dilema de larga data de la industria conocido como «Catch-22», donde los protocolos emergentes no pueden asumir los costes de cumplimiento al nivel de una empresa pública, pero aun así enfrentan demandas por no estar registrados.
Basándose en el documento marco «Nueva política de activos digitales de la SEC: Descifrando el ‘Proyecto Crypto’» publicado el 12 de noviembre, el alcance de la exención cubre protocolos DeFi, organizaciones DAO y emisores de stablecoins, que los reguladores consideran el núcleo de los pagos futuros.
La SEC introdujo simultáneamente un nuevo sistema de clasificación de activos, dividiendo los activos digitales en tipo mercancía, tipo utilidad, tipo coleccionable y valores tokenizados. Esto proporciona una vía legal para que los activos que puedan demostrar «descentralización suficiente» queden exentos de la jurisdicción de la ley de valores.
Contrapartida regulatoria: intercambiar KYC por exención S-1
Esta política es esencialmente una clara «contrapartida regulatoria». La SEC renuncia a la autoridad de aprobación previa del registro S-1 a cambio de derechos de supervisión en tiempo real sobre los flujos de fondos en cadena.
Los detalles de la política indican que el requisito previo para eximir el registro S-1 es que los equipos de proyectos deben establecer una infraestructura integral de cumplimiento financiero. Implementar procedimientos estrictos de verificación de usuarios se convierte en un umbral obligatorio para obtener derechos de exención.
El impacto en la estructura de la industria es estructural:
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Reestructuración del DeFi hacia «con permiso»: para cumplir con los requisitos, los protocolos DeFi podrían acelerar su evolución hacia el «DeFi con permiso». Los pools de liquidez se dividirán en «capas conformes» con identidad verificada y «capas públicas» no verificadas.
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Actualización de estándares técnicos: el simple estándar ERC-20 podría ya no ser suficiente. Los estándares de token con lógica de verificación de identidad y cumplimiento integrada (como ERC-3643) se convertirán en la base técnica para superar el escrutinio regulatorio.
Stablecoins: de «reservas de activos» a «cumplimiento de flujo»
En el marco del «Proyecto Crypto», los emisores de stablecoins están explícitamente incluidos en la vía de exención, lo que supone un gran beneficio para el sector de pagos, pero también impone requisitos de cumplimiento más altos.
En los últimos años, el cumplimiento de las stablecoins se ha centrado en la «prueba de reservas», asegurando que las cuentas bancarias fuera de cadena mantengan suficiente respaldo en dólares estadounidenses. Bajo las nuevas normas de 2026, el enfoque de cumplimiento se desplazará hacia el «análisis de comportamiento en cadena» (On-chain KYA/KYT).
Para los emisores e instituciones de pago, esto significa:
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Responsabilidad ampliada: los emisores no solo deben gestionar sus libros mayores, sino también poseer la capacidad de identificar interacciones en cadena de alto riesgo. Solo demostrando que las stablecoins emitidas no se utilizan para actividades ilegales podrán mantener su estatus de exención.
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Legitimación de canales de pago: al introducir mecanismos de lucha contra el blanqueo de capitales y cribado de sanciones, las stablecoins perderán su estatus de zona gris y se convertirán en herramientas reconocidas y reguladas para pagos transfronterizos. Esto reduce significativamente los costes de incertidumbre de cumplimiento para las empresas de pagos.
Incertidumbres después de 2026
El período de exención es de hasta 24 meses. Es una cuenta atrás.
Durante este tiempo, los equipos de proyectos deben presentar informes operativos trimestrales. Una vez finalizado el período de dos años, deben enfrentarse a una «evaluación definitiva»: o bien demostrar que han cumplido con el estándar de «descentralización suficiente» aún no cuantificado por la SEC para quedar totalmente exentos, o completar el registro formal.
El mayor riesgo actual radica en que la definición de «descentralización suficiente» sigue en manos de los reguladores. Esto significa que los equipos de proyectos no solo deben avanzar en la descentralización técnica, sino también resistir el escrutinio retrospectivo de datos de cumplimiento.
Conclusión
La política de Exención por Innovación de la SEC no es el fin de la vieja era, sino el comienzo del proceso de industrialización para la industria de las criptomonedas.
Estamos entrando en una nueva fase de «cumplimiento embebido». La competencia futura ya no consistirá en evadir la regulación, sino en cómo codificar la lógica de cumplimiento en el código, convirtiéndola en una parte integral de la infraestructura. Para las stablecoins y el DeFi, la capacidad de integrar de manera fluida capas de cumplimiento verificables mientras se mantiene la eficiencia técnica será la regla de supervivencia después de 2026.
